De casta le viene al galgo, como se suele decir, y no puede buscarse mejor frase hecha tratándose de un vehículo con una orientación campestre indiscutible. El Discovery es uno de los mejores, por no decir el mejor, entre los todo terreno capaces de ofrecer un buen rodar en carretera. Decir esto es el más apreciado halago que se le puede hacer a Land Rover, pues si dejamos de un lado las comodidades y refinamientos necesarios para un uso "civilizado" nos quedamos con el Defender para recorrer sendas y trialeras... con permiso eso sí de los carísimos Mercedes Clase G y Hummer (lamentablemente aún no he podido hincarle el diente...).Comparado con sus rivales el Discovery hace gala de un nivel de refinamiento técnico superior, marcando las diferencias la suspensión hidráulica con sus múltiples posibilidades, y mantiene una robustez básica enorme que se aprecia echando un simple vistazo al grosor de las vigas que componen el chasis, los brazos de la suspensión o los elementos de trasmisión que, sorprendentemente, no se hacen nada incómodos ni rudos de usar en ciudad. Unido a esto está el motor TD5, que con sus 138 caballos es capaz de llevar al Discovery donde haga falta con un nivel sonoro aceptable, un consumo en la media de la categoría y unas prestaciones algo justas en carretera aunque no muy alejadas de las que ofrecen los mejores en este aspecto. Desde 30.450 euros, el Land Rover Discovery ofrece una excelente relación calidad - precio, que lo sitúa por encima en calidad de los rivales de semejante precio y por debajo en coste de competidores que podrían considerarse similares en prestaciones y calidad, aunque pocos puedan hacerle frente en campo... pero le superan claramente en carretera.
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