Su estética de líneas rectas y formas cuadradas le aportan la fortaleza y robustez de los Jeep de antaño. Listo para enfrentarse a los más grandes de la categoría… ¡qué tiemble el Hummer H3 porque ha llegado el Commander! Un SUV de lujo de siete plazas con unas prestaciones en asfalto y campo envidiables, gracias a sus dos potentes mecánicas disponibles: un 5.7 V8 HEMI de 326 cv y un 3.0 V6 CRD de 218 cv En la ofensiva por incrementar su gama de productos en el mercado europeo en los próximos dos años, Jeep amplía su oferta disponible a cuatro modelos. Tras quince años conviviendo con el Wrangler, Cherokee y Grand Cherokee, la marca americana nos da a conocer al nuevo miembro de la familia, el Commander
Se trata del primer Jeep con siete plazas repartidas en tres filas de asientos de altura ascendente -modo teatro- para ofrecer una correcta visibilidad a todos los ocupantes. A primera vista recuerda al Grand Cherokee de los años 80. Una estética cuadrada con un imponente frontal y un parabrisas demasiado vertical que acusa la aerodinámica, pero rescata el auténtico espíritu de los primeros Willys o Wagoneer. El interior es refinado y si la parte inferior del salpicadero nos puede recordar a algún otro modelo de la marca, la superior es totalmente nueva y destaca por los 16 tornillos tipo Allen que lo franquean para dotarle de un aire más robusto si cabe. La correcta calidad visual se ve favorecida por los tres techos solares que descubren la primera y segunda fila de asientos. Otro aspecto significativo es la incursión de sujetavasos en todas las plazas, así como el regulador del climatizador independiente que incorporan las plazas traseras.
Se trata del primer Jeep con siete plazas repartidas en tres filas de asientos de altura ascendente -modo teatro- para ofrecer una correcta visibilidad a todos los ocupantes. A primera vista recuerda al Grand Cherokee de los años 80. Una estética cuadrada con un imponente frontal y un parabrisas demasiado vertical que acusa la aerodinámica, pero rescata el auténtico espíritu de los primeros Willys o Wagoneer. El interior es refinado y si la parte inferior del salpicadero nos puede recordar a algún otro modelo de la marca, la superior es totalmente nueva y destaca por los 16 tornillos tipo Allen que lo franquean para dotarle de un aire más robusto si cabe. La correcta calidad visual se ve favorecida por los tres techos solares que descubren la primera y segunda fila de asientos. Otro aspecto significativo es la incursión de sujetavasos en todas las plazas, así como el regulador del climatizador independiente que incorporan las plazas traseras.
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