jueves, 19 de julio de 2007

Honda Civic 1.8 i-VTEC EXECUTIVE

Ante el nuevo Honda Civic nos encontramos con un automóvil que conlleva un espíritu absolutamente deportivo en cada una de sus ocho generaciones desde el año 1972, además de ser un superventas a lo largo de toda su historia. Un mito para muchos, una realidad para algunos amantes de las prestaciones en estado puro. Honda siempre ha sido experta en el desarrollo de motores de altas prestaciones en altos regímenes, como los coches diseñados para las carreras. Y el Civic siempre se ha hecho eco de esa gran experiencia en motores de altas revoluciones, es decir, coches de calle con alma de carreras. Verdaderos lobos con piel de cordero…

Con el nuevo Civic, Honda ha llevado a cabo una arriesgada evolución de diseño deportivo ultramoderno que está causando furor entre los más jóvenes europeos, convirtiéndose desde antes de su nacimiento en un objeto de culto por su espectacular diseño, por sus excelentes motores VTEC de altas prestaciones y por una apariencia interior similar a la que pueda mostrar la última genialidad de la NASA para sus exploraciones espaciales. Esta locura por el nuevo Civic ha causado el desbordamiento de la capacidad de reacción de los concesionarios ante tanto pedido. En declaraciones del propio Ingeniero Jefe del Proyecto del nuevo Civic, "la base para creación del nuevo Civic era crear un producto revolucionario, en el sentido de crear algo que nunca se hubiera hecho, profundizando en los valores que debía tener un coche, como son un diseño estilizado, el placer de conducir, la deportividad, la practicidad y la eficacia". Se quería crear un coche con un diseño y estilo sobresalientes pero que también fuera práctico, con altas prestaciones y con buena economía de combustible. ¡Y así nació el Civic! Con un revolucionario diseño en forma de cuña que marcase la tendencia de los próximos años. Curiosamente, cuando los demás modelos de coche del mercado crecen, el Civic ha reducido notablemente su volumen exterior, dotándole de unos 30 mm menos en cotas como longitud o altura. Sin embargo la anchura ha crecido en 50 mm, generando una imagen más dinámica y robusta, permitiendo también obtener una mayor habitabilidad y grado de confort para los pasajeros.

Uno de los motores más representativos de este nuevo Civic, como de todos sus predecesores es el conocido i-VTEC de cilindrada media y altas prestaciones de gasolina, y por esa razón lo hemos elegido para nuestro análisis. Hablamos de un nuevo bloque de 1.8 litros con 16 válvulas, construido totalmente de aluminio que entrega una potencia de 140 cv a 6.300 rpm, una alta cifra de revoluciones conseguida a través de la tecnología i-VTEC. Gracias a su progresividad y contundencia la aceleración de 0 a 100 km/h la realiza en sólo 8,9 segundos, mostrando grandes dosis fuerza a cualquier régimen de vueltas, aunque como es habitual en la marca japonesa, cuanto más alto es el régimen del motor mayor contundencia muestra en la entrega. La combinación con una nueva transmisión de 6 velocidades permite seleccionar siempre el mejor régimen de vueltas, favoreciendo de esta forma tanto el comportamiento dinámico como el consumo de combustible. Nos ha llamado la atención la exquisitez del cambio, tanto por su colocación elevada, perfectamente accesible para el conductor en todo momento con un simple gesto intuitivo, como por su suavidad de utilización, que engrana las velocidades sin resistencia alguna, lo cual facilita una conducción más deportiva y relajada.

El sistema i-VTEC consta de levas de distinto tamaño en cada uno de los dos árboles que empujan las válvulas de admisión y escape, unas para obtener altas dosis de potencia y otras para obtener el mayor ahorro de combustible, con un ajuste "i"nteligente de la sincronización y de la carrera. En situaciones de conducción de baja carga o a velocidades de crucero, las levas de ahorro de combustible retardan el cierre de la válvula de admisión, dejando escapar de la cámara la cantidad de mezcla innecesaria para satisfacer esa ligera solicitud de potencia, con el consiguiente ahorro de combustible. Además, el acelerador electrónico está interconectado con el sistema de las levas de alta potencia y de ahorro de combustible con lo que se proporciona una aceleración muy lineal y progresiva sin escalones en la entrega del par. A alto régimen, esas levas de admisión se mantienen menos tiempo abiertas para no desperdiciar ni una gota de la mezcla aire/combustible y conseguir así las máximas prestaciones. Con todas estas tecnologías aplicadas a este motor, junto con unos menores valores de fricción de los componentes internos, se consigue reducir hasta en un 6% el consumo de combustible frente al motor de 1.7 litros anterior, manteniéndose en niveles de consumo similares a los de un motor de 1.5 litros, con una cifra combinada de 6,4 litros l/100 km. Los valores prestacionales son excelentes para tratarse de un motor de cubicaje medio, con una aceleración de 0 a 100 km/h de 8,9 segundos y una velocidad máxima de 205 km/h. La forma de la entrega de potencia es similar a la que ha caracterizado durante años a los pequeños motores VTEC de Honda, con unos bajos contenidos pero aceptables y un alto régimen de vueltas espectacular, un comportamiento más bien propio de un coche de carreras.

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