lunes, 18 de junio de 2007

CADILLAC XLR 2005

Cuando alguien piensa en la compra de un deportivo de prestigio normalmente lo primero que se le viene a la cabeza son las versiones más pasionales de BMW, Jaguar o Mercedes. Los más “racing” seguramente soñarán con los Porsche; mientras que los exclusivos italianos y británicos tipo Ferrari, Lamborghini o Aston Martin serán las opciones preferidas de los más pudientes y puristas del automovilismo deportivo. Pero ¿existen otras opciones? Desde luego que sí. La semana pasada hablamos del Corvette C6 y hoy le toca el turno a otro más exclusivo todavía: el Cadillac XLR. Y si decimos exclusivo nos referimos principalmente a las pocas unidades que circulan de este modelo, por lo que a los que les guste diferenciarse verán en él una de las mejores opciones, pues como dato significativo podemos decir que en lo que va de año en España sólo se han vendido cuatro unidades.

Evidentemente el precio es uno de los condicionantes para que el Cadillac XLR no tenga una gran difusión (91.950 euros), pero la reciente aparición del modelo y la escasa penetración que Cadillac tenía hasta ahora en España son sin duda los aspectos que más le han limitado; porque como veremos a continuación, por comportamiento, potencia, acabados y relación calidad-precio no será. Con el XLR Cadillac vuelve a tirar por la borda la teoría de que los vehículos americanos no son avanzados tecnológicamente, pues emplea los últimos sistemas tanto en su construcción (parte del chasis, bloque y culata son de aluminio), como en el equipamiento (control de crucero adaptativo que mediante sensores detecta, avisa y frena el vehículo si nos acercamos demasiado al que nos precede; proyección de la información en el parabrisas, etc). El roadster americano no tiene opciones, pues todo es de serie: incluido el navegador o en interior en cuero, madera y aluminio. Para colmo de las exquisiteces, incluso los relojes del cuadro vienen firmados por Bvlgari.

La línea de este deportivo que mide 4,51 metros de largo, 1,84 metros de ancho y 1,28 metros de alto es muy original; ya que predominan los trazos rectos, algo no muy común en la actualidad. Elegante y lujoso son dos de sus principales calificativos, de forma que se desmarca un tanto de los deportivos más radicales y se le puede enfrentar como rivales más directos a automóviles como el Mercedes SL o el Lexus SC. En la toma de contacto que realizamos con el XLR comprobamos como ese lujo y elegancia antes descritos los combina magistralmente con la deportividad. Primero por su habitáculo y puesto de conducción en el que uno se puede acomodar muy bajo. Segundo por sus reacciones vivas y suspensiones enérgicas. Y tercero por que motor, que empuja con fuerza y en altas revoluciones emite un sonido muy provocativo.

Su cambio de marchas es automático de cinco velocidades con función secuencial. No es lo mejor que hemos probado, pero cumple bastante bien, no se demora demasiado entre marcha y marcha y, en definitiva, apenas resta sensaciones respecto a uno manual. El motor Northstar 4.6 V8 ofrece un excelente rendimiento, declarando un par de 423 Nm a 4.400 rpm y una potencia de 326 cv a 6.450 rpm. Nos subimos al XLR en una jornada de pruebas del Cadillac & Corvette Tour tras habernos bajados del Corvette C6. Evidentemente no obtenemos esa respuesta “bruta” del descomunal par motor del Corvette, pero a medida que el motor Cadilac XLR sube de vueltas comienza a empujar con decisión a la vez que nos llega a los oídos un sonido agudo y muy sugerente.

Cadillac XLRDeclara 5,9 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, y la verdad es que por recuperaciones e impresión de velocidad el XLR se encuentra a un nivel prestaciones muy elevado. No es tan radical como los deportivos puros, pero si es más vivo que la mayoría de los cupés de lujo de alta potencia. Por último decir que su insonorización es muy buena gracias aun techo duro que se abre y se cierra rápidamente y cuyo proceso es totalmente eléctrico, convirtiendo en 30 segundos un bonito cupé en un deslumbrante descapotable. En definitiva, el XLR es el producto más minoritario y exclusivo de Cadillac, una marca que ahora comienza a expandirse en Europa y concretamente en España lo hace como Cadillac & Corvette Iberia. Su propuesta es tener 25 concesionarios para 2006, año en el que además de los ya existentes todoterrenos SRX y Escalade, y berlinas CTS y STS, contará con un nuevo modelo de acceso que se convertirá en el primer Cadillac con motor diesel: el BLS, berlina que acaparará la mayoría de las ventas Cadillac en España.

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