Volvo tiene ya listo su nuevo XC70, un familiar con tracción 4x4 y carrocería elevada que se presenta ahora en su segunda generación. Respecto al anterior XC70 –denominado inicialmente Cross Country- el nuevo modelo mejora en todos los apartados, ya que por una parte es más lujoso, refinado y avanzado tecnológicamente; y, por otra parte, se muestra más eficaz fuera del asfalto gracias a sus mejoras cotas como vehículo todoterreno y a los nuevos sistemas de ayuda a la conducción. De hecho, aunque su único rival directo sea el Audi A6 AllRoad, el modelo de origen sueco podría competir por comportamiento con una buena parte de los todoterrenos de lujo Derivado del nuevo V70, este Volvo familiar y 4x4 mide 4,84 metros de longitud, 1,86 metros de anchura y 1,60 metros de altura. Su maletero oscila entre los 575 litros de capacidad con todas las plazas disponibles y los 1.600 litros de carga abatiendo los la fila trasera. Estéticamente destaca por sus pasos de rueda abultados de plástico negro, por los protectores de los bajos en aluminio, los grupos ópticos auxiliares enmarcados en aluminio, las barras del techo y esa mayor altura de la carrocería (es 5 cm más alto que el V70) e, igualmente, mayor distancia libre al suelo (210 mm).
El nuevo Volvo XC 70 está disponible con dos motores, un diésel D5 de 185 cv y un gasolina 3.2V6 de 238 cv. El primero de ellos viene asociado a la caja de cambio manual, aunque opcionalmente (por 2.150 euros) puede llevar la automática, mientras que el de gasolina va obligatoriamente combinado con la caja automática. Por nivel de equipamientos existen tres posibilidades, aunque ya la básica viene muy bien equipada como corresponde a un modelo de su precio: airbags laterales y de cortina, reposacabezas activos, volante y pomo en cuero, llantas de aleación de 16 pulgadas, control de velocidad, freno de mano eléctrico y control de descensos. El Momentum añade el sensor de lluvia, el portón trasero eléctrico, la tapicería con combinación de piel y los espejos retrovisores exteriores plegables de forma eléctrica y el interior con sistema antideslumbramiento. Por último el Summum añade el sistema de ayuda al parking trasero, los faros bi-xenón, las llantas de 17 pulgadas y los asientos con regulación eléctrica y calefacción. Entre las opciones más destacables encontramos la suspensión variable Four C (1.650 euros), el control de crucero activo ACC (2.200 euros), el sistema que detecta ángulos muertos BLIS (640 euros) y el techo practicable (1.140 euros).
Durante la breve toma de contacto a la que tuvimos acceso, condujimos tanto el D5 como el 3.2 V6, ambos con caja de cambios automática. En este modelo, creemos que es claramente más recomendable la versión diésel, ya que aunque su potencia sea inferior (185 cv frente a 238 cv) el par motor es significativamente mayor en el D5 y además lo entrega a menos revoluciones (400 Nm a 2.000 rpm frente a 320 Nm a 3.200 rpm). Sólo los conductores que les guste “estirar” el motor hasta la zona roja del cuentavueltas notarán esa mayor potencia del V6 gasolian, y en el 90% de las situaciones en la conducción real la sensación de fuerza es mayor en el D5. Además, para un modelo de vocación familiar y campestre encaja mucho mejor el comportamiento del diésel; y en cuanto al consumo la diferencia se nota, y mucho (10,8 l/100 km el gasolina y 7,3 l/100 km el diésel). En cuanto a comportamiento, decir que la suspensión opcional FourC es fabulosa para encontrar las reacciones que más nos gusten; y que, en general, los nuevos XC70 dan una impresión de comodidad y calidad a bordo sobresaliente. En campo no tuvimos oportunidad de probarlo, pero dadas las características del coche, y observando sus cotas TT, a buen seguro el XC70 ofrecerá unas posibilidades muy similares a las de cualquier todoterreno tipo SUV. En definitiva, una excelente alternativa a los SUV de lujo –segmento en el que Volvo ya ofrece el XC90- que sólo es comparable al Audi A6 Allroad y que ofrece unos niveles altísimos de lujo y comodidad.
El nuevo Volvo XC 70 está disponible con dos motores, un diésel D5 de 185 cv y un gasolina 3.2V6 de 238 cv. El primero de ellos viene asociado a la caja de cambio manual, aunque opcionalmente (por 2.150 euros) puede llevar la automática, mientras que el de gasolina va obligatoriamente combinado con la caja automática. Por nivel de equipamientos existen tres posibilidades, aunque ya la básica viene muy bien equipada como corresponde a un modelo de su precio: airbags laterales y de cortina, reposacabezas activos, volante y pomo en cuero, llantas de aleación de 16 pulgadas, control de velocidad, freno de mano eléctrico y control de descensos. El Momentum añade el sensor de lluvia, el portón trasero eléctrico, la tapicería con combinación de piel y los espejos retrovisores exteriores plegables de forma eléctrica y el interior con sistema antideslumbramiento. Por último el Summum añade el sistema de ayuda al parking trasero, los faros bi-xenón, las llantas de 17 pulgadas y los asientos con regulación eléctrica y calefacción. Entre las opciones más destacables encontramos la suspensión variable Four C (1.650 euros), el control de crucero activo ACC (2.200 euros), el sistema que detecta ángulos muertos BLIS (640 euros) y el techo practicable (1.140 euros).
Durante la breve toma de contacto a la que tuvimos acceso, condujimos tanto el D5 como el 3.2 V6, ambos con caja de cambios automática. En este modelo, creemos que es claramente más recomendable la versión diésel, ya que aunque su potencia sea inferior (185 cv frente a 238 cv) el par motor es significativamente mayor en el D5 y además lo entrega a menos revoluciones (400 Nm a 2.000 rpm frente a 320 Nm a 3.200 rpm). Sólo los conductores que les guste “estirar” el motor hasta la zona roja del cuentavueltas notarán esa mayor potencia del V6 gasolian, y en el 90% de las situaciones en la conducción real la sensación de fuerza es mayor en el D5. Además, para un modelo de vocación familiar y campestre encaja mucho mejor el comportamiento del diésel; y en cuanto al consumo la diferencia se nota, y mucho (10,8 l/100 km el gasolina y 7,3 l/100 km el diésel). En cuanto a comportamiento, decir que la suspensión opcional FourC es fabulosa para encontrar las reacciones que más nos gusten; y que, en general, los nuevos XC70 dan una impresión de comodidad y calidad a bordo sobresaliente. En campo no tuvimos oportunidad de probarlo, pero dadas las características del coche, y observando sus cotas TT, a buen seguro el XC70 ofrecerá unas posibilidades muy similares a las de cualquier todoterreno tipo SUV. En definitiva, una excelente alternativa a los SUV de lujo –segmento en el que Volvo ya ofrece el XC90- que sólo es comparable al Audi A6 Allroad y que ofrece unos niveles altísimos de lujo y comodidad.
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