Mercedes Benz lanzará su todoterreno compacto GLK el próximo mes de octubre, momento en el que estará disponible con tres mecánicas V6 (dos de gasolina y una diésel) y deberá enfrentarse directamente a los Audi Q5, BMW X3 y Volvo XC60. No obstante, el Land Rover Freelander podría ser otro de los competidores, ya que, junto al Mercedes, prometen las mejores cualidades en terrenos difíciles. En la fecha inicial de su lanzamiento la gama GLK no contará con el motor que a buen seguro registrará el mayor volumen de ventas (el CDI 220), ya que para acceder al más asequible del nuevo SUV compacto de Mercedes habrá que esperar hasta abril de 2009.
El quinto modelo de la gama SUV de Mercedes –junto a los ML, GL, G y R- se presenta con unos argumentos propios muy definidos. Por estética es diferente a sus rivales, ya que pasa de las líneas redondeadas típicas de los últimos años para adoptar unos trazos rectos que, según responsables de Mercedes, son los que se van a imponer en los años venideros; mientras que por comportamiento ofrece unas capacidades fuera del asfalto muy difíciles de igualar por sus directos rivales del segmento premium, y al nivel de los SUV más avanzados de las marcas con mayor experiencia en todoterreno. Sus medidas (4,53 metros de largo, 1,84 metros de ancho y 1,70 metros de alto) le convierten en el más compacto entre sus rivales más cercanos, lo que le beneficiará en maniobrabilidad. Eso sí, por el contrario también pierde ligeramente en volumen de carga, con un maletero correcto pero sin alardes, que tiene una capacidad de 450 litros (1.550 litros con los asientos abatidos).
La calidad y el equipamiento del GLK están a la altura de lo que se espera en un coche de gama alta y de última generación. En los materiales empleados y en los ajustes se nota que es un coche bien hecho, y en el equipamiento de serie se cuenta con todo lo imprescindible más algunos lujos o detalles cuidados. Además del airbag para las rodillas del conductor, también son de serie las dos salidas de escape traseras (en todas las motorizaciones), el volante de cuero multifunción, los retrovisores abatibles y con función antideslumbramiento o la pantalla de la consola central (de 5” si no lleva navegador, y de 7” si viene con navegador). También se ofrecen diversos paquetes de personalización, como el pack cromado, el deportivo, el todoterreno y el técnico off road. Cada uno de ellos de diferencia por el tamaño de las llantas (de 17” a 20”), las inserciones del salpicadero o los paragolpes. El paquete todoterreno no varía las capacidades físicas del coche (mantiene los mismos ángulos y distancias libres), pero añade el control electrónico de descensos; el protector de bajos; los indicadores de altitud, coordenadas, brújula, etc; y el “Interruptor G”, el cual varía los diagramas del acelerador, frenos, controles electrónicos, etc.
Durante la presentación a la prensa pudimos probar tanto las dos versiones más potentes de la gama que llegará en octubre (el 350 y el 320 CDI) como la próxima 220 CDI; las cuales vienen todas ellas con el cambio automático 7G-Tronic de serie. El diésel más potente, el 320 CDI, es un motor que ya probamos en el enorme GL, y vimos como lo movía con notable agilidad. En este caso, con sus mismos 224 cv y una mayor ligereza (1.880 kilos), el empuje que proporciona y las prestaciones que registra son sobresalientes (7,5 segundos de 0 a 100 km/h y 220 km/h), sin que sus consumos sean elevados, ya que se conforma con 7,9 l/100 km. Para quien desee prestaciones por encima de todo y un vehículo que le aporte una buena dosis de diversión al volante recomendamos el GLK 350. Con sus 272 cv este SUV compacto deportivo es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 6,7 segundos y alcanzar los 230 km/h; además de que sube de vueltas con muchísima alegría y emite un sonido muy sugerente. Pero sin duda alguna la opción más razonable –y la que más compradores aglutinará- es la del 220 CDI de 170 cv. Sólo consume 6,9 l/100 km y sus prestaciones son más que suficientes, como lo demuestran los 205 km/h y el tiempo de 8,8 segundos en el 0 a 100 km/h.
Que el comportamiento en asfalto de todas estas versiones del nuevo SUV de Mercedes fuese fabuloso ya nos los esperábamos, y por ello no va a destacar frente a sus rivales, ya que éstos ofrecen igualmente unas reacciones magníficas. Pero la capacidad del GLK en caminos complicados y con obstáculos serios sí que es digna de mención. No es que vaya a ser necesario para la mayoría de los conductores, que apenas lo sacarán del asfalto, pero evidentemente es una cualidad reseñable que sea capaz de transitar por terrenos deslizantes y empinados con tanta efectividad. No tiene reductoras ni bloqueos mecánicos del diferencial, pero la electrónica del sistema 4Matic está tan bien desarrollada para este GLK, que su comportamiento ante zonas complejas es excelente, superando con una facilidad pasmosa los obstáculos y traccionando de maravilla. En definitiva, un nuevo e interesante SUV compacto de lujo que destaca por su diseño de trazos rectos y por su capacidad off road. Su precio de salida es ligeramente más elevado que el de sus rivales, pero si equiparamos niveles de equipamiento echando mano de los extras (por ejemplo en el GLK el cambio automático es de serie y en sus rivales opcional) podemos comprobar como el GLK es incluso algo más económico que el resto de SUV compactos premium.
El quinto modelo de la gama SUV de Mercedes –junto a los ML, GL, G y R- se presenta con unos argumentos propios muy definidos. Por estética es diferente a sus rivales, ya que pasa de las líneas redondeadas típicas de los últimos años para adoptar unos trazos rectos que, según responsables de Mercedes, son los que se van a imponer en los años venideros; mientras que por comportamiento ofrece unas capacidades fuera del asfalto muy difíciles de igualar por sus directos rivales del segmento premium, y al nivel de los SUV más avanzados de las marcas con mayor experiencia en todoterreno. Sus medidas (4,53 metros de largo, 1,84 metros de ancho y 1,70 metros de alto) le convierten en el más compacto entre sus rivales más cercanos, lo que le beneficiará en maniobrabilidad. Eso sí, por el contrario también pierde ligeramente en volumen de carga, con un maletero correcto pero sin alardes, que tiene una capacidad de 450 litros (1.550 litros con los asientos abatidos).
La calidad y el equipamiento del GLK están a la altura de lo que se espera en un coche de gama alta y de última generación. En los materiales empleados y en los ajustes se nota que es un coche bien hecho, y en el equipamiento de serie se cuenta con todo lo imprescindible más algunos lujos o detalles cuidados. Además del airbag para las rodillas del conductor, también son de serie las dos salidas de escape traseras (en todas las motorizaciones), el volante de cuero multifunción, los retrovisores abatibles y con función antideslumbramiento o la pantalla de la consola central (de 5” si no lleva navegador, y de 7” si viene con navegador). También se ofrecen diversos paquetes de personalización, como el pack cromado, el deportivo, el todoterreno y el técnico off road. Cada uno de ellos de diferencia por el tamaño de las llantas (de 17” a 20”), las inserciones del salpicadero o los paragolpes. El paquete todoterreno no varía las capacidades físicas del coche (mantiene los mismos ángulos y distancias libres), pero añade el control electrónico de descensos; el protector de bajos; los indicadores de altitud, coordenadas, brújula, etc; y el “Interruptor G”, el cual varía los diagramas del acelerador, frenos, controles electrónicos, etc.
Durante la presentación a la prensa pudimos probar tanto las dos versiones más potentes de la gama que llegará en octubre (el 350 y el 320 CDI) como la próxima 220 CDI; las cuales vienen todas ellas con el cambio automático 7G-Tronic de serie. El diésel más potente, el 320 CDI, es un motor que ya probamos en el enorme GL, y vimos como lo movía con notable agilidad. En este caso, con sus mismos 224 cv y una mayor ligereza (1.880 kilos), el empuje que proporciona y las prestaciones que registra son sobresalientes (7,5 segundos de 0 a 100 km/h y 220 km/h), sin que sus consumos sean elevados, ya que se conforma con 7,9 l/100 km. Para quien desee prestaciones por encima de todo y un vehículo que le aporte una buena dosis de diversión al volante recomendamos el GLK 350. Con sus 272 cv este SUV compacto deportivo es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 6,7 segundos y alcanzar los 230 km/h; además de que sube de vueltas con muchísima alegría y emite un sonido muy sugerente. Pero sin duda alguna la opción más razonable –y la que más compradores aglutinará- es la del 220 CDI de 170 cv. Sólo consume 6,9 l/100 km y sus prestaciones son más que suficientes, como lo demuestran los 205 km/h y el tiempo de 8,8 segundos en el 0 a 100 km/h.
Que el comportamiento en asfalto de todas estas versiones del nuevo SUV de Mercedes fuese fabuloso ya nos los esperábamos, y por ello no va a destacar frente a sus rivales, ya que éstos ofrecen igualmente unas reacciones magníficas. Pero la capacidad del GLK en caminos complicados y con obstáculos serios sí que es digna de mención. No es que vaya a ser necesario para la mayoría de los conductores, que apenas lo sacarán del asfalto, pero evidentemente es una cualidad reseñable que sea capaz de transitar por terrenos deslizantes y empinados con tanta efectividad. No tiene reductoras ni bloqueos mecánicos del diferencial, pero la electrónica del sistema 4Matic está tan bien desarrollada para este GLK, que su comportamiento ante zonas complejas es excelente, superando con una facilidad pasmosa los obstáculos y traccionando de maravilla. En definitiva, un nuevo e interesante SUV compacto de lujo que destaca por su diseño de trazos rectos y por su capacidad off road. Su precio de salida es ligeramente más elevado que el de sus rivales, pero si equiparamos niveles de equipamiento echando mano de los extras (por ejemplo en el GLK el cambio automático es de serie y en sus rivales opcional) podemos comprobar como el GLK es incluso algo más económico que el resto de SUV compactos premium.